
Como un quejido vuelves
te instalas de nuevo,
te introduces en mi mente
y paralizas mis pasos
colapso.
Recuerdos emergentes
algunos días felices pasados
de risas y alegrías, de
complicidad, miradas furtivas
y besos robados.
Recuerdos pesadillas
de horas esperando pensando
sin querer que había pasado algo
llegadas trasnochadas
desvariando.
Recuerdos soledad
luchando por la vida
en abandono, incomprensión
y huída estando solo
viviendo en compañía.
Recuerdos emociones
segundos que son horas
dando vida, esperando
la luz de sus pupilas
amor a borbotones.
Recuerdos placenteros
equilibrando el alma
de paz y de sosiego
de sendas y jardines
de amigos verdaderos.
Son tantos los que hay
y tantos aparecen sin llamarlos
por un sonido, olor
por un momento, que solo puedo
aprender a vivirlos y
aprender a olvidarlos.
Me ha encantado. Gracias por tu pluma ...
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