Errante
voy por el mundo
acumulando
amaneceres
perdidos
con el rocío
de las
hojas de las plantas
con
gotas de sinrazón
que a
esta senda me llevaron.
Pero yo
sigo buscando
amaneceres
brillantes,
amarillos
penetrantes
o
rojizos de ilusión
volviendo
a sentirme yo
que
perdida ando vagando.
Más
observo los caminos
voy
oyendo los gorriones
los
trinos y los arrullos
de
palomas atrevidas
que se
acercan
a mi
paso.
Y sigo
a la mariposa
que
juguetea en las flores
y que
el néctar va chupando
para
seguir en la rueda
de la
vida
siempre
girando.
Ahora
voy a la derecha,
luego
arriba, antes abajo,
oteando
el horizonte
y
palpando entre las sombras
de la
noche
el
abrigo de unas manos.
Confidencias
compartidas
risas,
llantos y quebrantos
algún
mapa que me oriente
o solo
un soplo de ánimo
para
seguir en los mares de este mundo
llevando
el timón del barco.
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