Tengo
un poema
unos
versos forjados en el tiempo
marcados
en la piel
con
fuego del destino
aquel
que me hace humo
me
convierte en cenizas
y me
hace renacer.
Poema
de la vida
con
tristes añoranzas
con
fuerzas renovadas,
torbellino
de entrañas
pedacitos
de almas
que
unen sus caminos
y luego
se separan.
Canción
triste de cuna
que alguien me
susurraba
cuando
yo descansaba
en
estos laberintos
de sed,
calor y llamas
buscando
algo de calma
para
llegar al agua.
La
lluvia que repara
y llena
de esperanza
me
colma de alegría
como si
vino fuera
el cáliz que
da vida
repara
las heridas
hasta
que vuelva a arder.
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