
Estoy distante de mi
tanto que ya no me siento
y no me puedo escribir
la carta no llegaría
al limbo donde yo entro
que estoy a cien años luz
en mi refugio de hielo
voy quemada y aún fundida
distante pero no hundida.
Buscando en este asteroide
un nuevo mundo de ensueño
utopía de la vida
que así pierde sus recuerdos,
aquellos que aún hacen daño
en este cuerpo maltrecho
de emociones contenidas,
concentrado en la carencia
para salir al vacío, de la ausencia.
Para seguir el viaje
en las sendas del destierro
hacia este mundo de nadie,
perdiéndome en las laderas del misterio
para adentrarme en la nada
deslizándome a los sueños
y así poder meditar
sin preguntarme por qué
tan distante yo me encuentro.
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