Lucero

Ojos grandes, rubio pelo
mirada de querubín,
sensibilidad en tus dedos
alegría en tu semblante,
alma pura, blanca bruma.
aprendiz y caminante,
pinceladas de armonía
peonza de amor y arte.


Transformas todo a tu paso
y danzando con la vida
la imaginación desbordas
a quien tienes a tu lado
porque das sabiduría
mostrando bellos senderos
narrando antiguos relatos
estrechando nuestros lazos.


Hoy queremos arroparte
darte cariño sincero
luz de estrellas en tu cielo
calor y abrigo constante
hasta que pase este invierno
que congeló tu semblante
y vuelva a salir la llama
de alegría desbordante que tu irradias.


Sol y lucero del alba
aquí esperamos diciendo
“ Te queremos”
Que aguarda la madrugada
a que tú ocupes el centro
de este universo de sueños
y esperanzas.

Al filo de lo impasible

A tu lado estoy

en ausencia de mi

cuando te añoro,

cuando toco mi piel

que es la tuya,

cuando busco la luz 

que en mi dejaste,

cuando veo con tus ojos

mi paisaje. 

A tu lado estoy

sigo tus pasos

aunque no dejen 

huella tus zapatos,

ni tus rizos se enreden

en mis manos

y el susurro de tu voz 

suene lejano

haciéndose eco

del pasado.

A tu lado estoy

impasible voy 

siguiendo el rumbo

pues imposible es 

darte un abrazo

y fundirme contigo

en emociones

y sentir de tu pecho

calor humano,

ni soplo de aliento

en tu regazo. 

Y al filo de esta tierra

marcho,

buscando en el aire

tus manos

que en mí tantas marcas

dejaron

que pertenecen ya

al polvo del camino,

a huellas de mi sino 

y a mimos demudados. 

  

Amor

Unidad sin costuras.

Traje de una sola piel.

Embozo con gozo.

Guantes de dos manos.

Calima de caricias

que funden nuestras almas

dejan huella en tu piel

y tú te sientes él.

Vasos comunicados

en vaivén de latidos

con sueños compartidos

y vibrando al unísono.

Esfera de energía

que te acuna y te cuida

y tu mundo transforma

pintando de colores

el lienzo de tu vida.

Campo amapola

Doy gracias a la luz

que ilumina a la sombra

que serpenteaba a mi paso

anegando mi campo de amapolas.

Amapola silvestre

rubor incandescente

corola en terciopelo

que dormita en el suelo.

Doy gracias a la lluvia

que regó de ilusión

a ese campo baldío

en terruño quebrado

devorado de hastío.

Amapola silvestre

rubor incandescente

corola en terciopelo

que dormita en el suelo.

Doy gracias a los trinos

a los cantos del viento

suaves aires que calman

el clamor de algún grito

de embarrado gemido.

Vida llama a la vida

rompe y rasga el destierro
amapola de fuego
que alimenta mi suelo.

Reflejos de infancia

Pelo moreno de seda 

aire de niña pequeña 

observadora del tiempo 

que mana en la carretera. 

Reflejo del alma nueva 

miradas que te traspasan 

preguntas con tus pupilas 

el rumbo que tu tomaras. 

Espectadora del mundo 

a través de la ventana 

y te fijas en el pájaro 

que te gorjea una nana. 

Sabia luz de primavera 

esponja de sentimientos 

que vas lanzando alegría 

a todos los que te encuentras. 

¿Dónde quedaste mi niña 

en dónde te desviaste 

que recodo del camino 

fue el que consiguió atraparte? 

Vuelve presta a tu camino 

de esperanza y de fe plena 

y recoge lo que siembras 

cariño, paz, ilusiones 

y ternura a manos llenas. 

De hilos, almas y estrellas

No se ni que escribir 

no se ni que pensar 

no se ni lo que soy 

no se hacia donde voy. 

Los hilos me sujetan 

y ando cual marioneta 

juguete de este mundo 

atrapada en su red. 

Más si se lo que siento 

torbellino en silencio 

reflejos, sentimientos 

que inundan este pozo 

en donde yo me encuentro. 

De lágrimas de luna 

de la pasión del fuego 

de alegría a borbotones 

de tristeza o de pena 

de paciencia infinita 

en eterna condena. 

Y mi alma se rompe a trozos 

para rasgar los hilos 

cristales de amalgama 

de distintas vivencias 

para fundirse luego 

y crear otras nuevas 

o partirse del todo 

y ser polvo de estrellas.

Perdida contigo

Hoy no estoy, me he ido

no me encuentro, me he perdido

solo una voz a lo lejos

y algún suspiro en el pecho

de quien se asusta al flotar

en un oasis de ensueño.

Ingrávida yo me hallo

voy visionando pasajes

en las nubes del misterio

de una vida regalada

de quien salió del infierno

quemada en besos de hielo.

Y ahora disfruto bebiendo

del manantial que encontré

entre palmeras de aliento

brisas de risa y sonrisas

aires de amores sinceros

rosas en pleno desierto.

Corcel blanco de deseos

hazme trotar por el cielo

y guíame en el camino

para volver a mi sino

entre nubes de consuelo

y entre sueños conseguidos

encuéntrame amor prohibido.

¿Eres tu mi amor eterno?